sábado, 16 de julio de 2011

¿Cómo entendía Bruce Lee el "Gung Fu"?

Artículo extraído de: http://membres.multimania.fr/blmj/vision.htm


Cuando alguien te ataca no es la técnica número uno (¿o es la técnica número dos, párrafo dos, sección cuatro?) lo que estás haciendo, sino que en el momento en que te vuelves consciente de su ataque simplemente te mueves como el sonido y el eco sin ninguna deliberación. Es como cuando al llamarte, tú respondes o cuando te tiro algo, tú lo coges, eso es todo. Algunos instructores de artes marciales apoyan las formas, cuanto más complejas y adornadas mejor. Algunos, por otro lado, están obsesionados con el súper poder mental (como el Capitán Maravilla o Superman). Y hay otros que favorecen las manos y piernas deformadas, y dedican su tiempo a luchar con ladrillos, piedras , tablas, etc. Para mí, el aspecto extraordinario del gung fu reside en su simplicidad.

El gung fu es simplemente la expresión directa del sentimiento de uno mismo con el mínimo de movimientos y energía. Cada movimiento es uno en sí mismo sin las artificialidades con las que la gente tiende a complicarlo. La manera sencilla es siempre la manera correcta, y el gung fu no es especial en absoluto; cuanto más cerca del verdadero camino del gung fu, menos desperdicio de expresión hay. En lugar de hacer frente al combate tal cual es, algunos sistemas de artes marciales acumulan "elegancia" que distorsiona y restringe a sus practicantes y les distrae de la verdadera realidad del combate, el cual es simple y directo y no clásico. En vez de ir inmediatamente al corazón de las cosas, formas con florituras y técnicas artificiales (¡desesperación organizada!), son practicadas ritualmente para simular el combate real.

De esta forma, en vez de estar en el combate, estos practicantes están idealistamente haciendo algo relacionado con el combate. Peor aún, "súper mental esto" y "espiritual aquello" son incorporados ignorantemente hasta que estos practicantes se van alejando más y más en la distancia de la abstracción y el misterio de que lo que están haciendo no se parece en nada (desde acrobacias a baile moderno) a la realidad del combate. Todas estas complejidades son actualmente intentos de contener y fijar los siempre cambiantes movimientos del combate y diseccionarlos y analizarlos como un cuerpo. El verdadero combate no está fijo y es muy vivo. Eso significa que la práctica (una forma de parálisis) sólo solidificará y condicionará lo que una vez fue fluido y vivo. Cuando te sales de la sofisticación, y miras a él realistamente, estos robots (es decir, practicantes), están ciegamente dedicados a la inutilidad sistemática de practicar rutinas o trucos que no llevan a ninguna parte.

El gung fu debe ser mirado sin trajes bonitos ni ataduras de torneo, y seguirá siendo un secreto cuando ansiosamente busquemos sofisticación y técnicas "mortales". Si de verdad hay algún secreto, debe de haberse perdido por la búsqueda y el empeño de sus practicantes (después de todo, ¿cuántas formas hay de llegar a un oponente sin desviarse demasiado del curso natural?).

El verdadero gung fu no es un incremento diario, sino un decrecimiento diario. Volverse sabio en gung fu no significa añadir más, sino ser capaz de quitar la ornamentación y ser simplemente simple – como un escultor esculpiendo una estatua, no añadiendo, sino quitando lo inesencial de forma que la verdad será revelada sin obstrucciones. Es más, el gung fu está satisfecho con la mano desnuda de uno sin la decoración atractiva de guantes de color que tienden a ocultar la función natural de la mano. El arte es la expresión de uno mismo. ¡Cuanto más complicado y restrictivo es un método, menos oportunidad para la expresión del sentido original propio de libertad!.

Las técnicas sin embargo deben jugar un papel importante en una etapa temprana, no deberían ser demasiado restrictivas, complejas o mecánicas. Si nos agarramos a ellas nos veremos atados por sus limitaciones. Recuerda, estás expresando la técnica y no haciendo la técnica.

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